lunes, 9 de marzo de 2009

El Dr. Zapatero/House

Conociendo el día y conociendo el campo de batalla, puedes recorrer mil li y luchar. No conociendo el día ni el campo de batalla, la vanguardia no podrá ayudar a la retaguardia, ni la retaguardia podrá ayudar a la vanguardia. La izquierda no podrá ayudar a la derecha, la derecha no podrá ayudar a la izquierda. ¡Cuánto más será esto así si las tropas lejanas están a varias decenas de li y las cercanas se hallan a varios li!
La frenética, y desesperada, propuesta de actuaciones de política económica de las autoridades mundiales y españolas nos recuerdan cada día más el planteamiento de los capítulos de la serie norteamericana House.
Repasemos brevemente la forma en la que se desarrollan los guiones de esta serie: una persona llega al hospital con una enfermedad desconocida de la que solo se aprecian algunos síntomas; el equipo del Dr. House comienza su análisis y propone un tratamiento paliativo mientras trata de descubrir la enfermedad que subyace; por lo general los tratamientos no surten efecto y generan nuevos síntomas que añadir a los ya existentes; al final consiguen descubrir, tras una genialidad del Dr., cuál es la enfermedad real y le ponen el tratamiento al paciente; aunque a veces el diagnóstico llega demasiado tarde, cuando el enfermo no tiene salvación.
Sustituyamos paciente por crisis y al Dr. House por la autoridad que debe resolverla, en el caso español el Dr. Zapatero. La crisis/enfermedad se manifestó primero a través de las hipotecas subprime estadounidenses, aunque ya había tenido precedentes en Francia; continuó con la caída de algunos bancos de inversión como Lehman Brothers; un nuevo síntoma fue el espectacular descenso de todas las Bolsas de Valores; con posterioridad afectó a la economía real y aparecieron los síntomas más preocupantes: recesión, paro y el enfermo/economía comenzó un proceso de paralización de algunos de sus sectores/órganos. A esto hay que añadir que el paciente español tenía un problema adicional: hipertensión por su monstruosa ingesta de ladrillo. En ese momento hubo que trasladarlo a la UVI.
Mientras tanto ¿qué hacia el equipo del Dr. Zapatero? Emulando al Dr. House se han ido aplicando todo tipo de medidas paliativas. Cuando el síntoma era del aparato circulatorio (léase sistema financiero que es el que hace llegar la sangre/dinero a todos los órganos/sectores del paciente/economía) se incrementaron y luego redujeron los tipos de interés por el Banco Central Europeo; se inyectó liquidez/sangre en el sistema para ver si el sistema financiero/circulatorio mejoraba; se trató de incrementar la demanda real a través de medidas como los 400 euros y todo tipo de políticas keynesianas; y cuando ya la paralización del enfermo lo llevó a la UVI, se tomaron medidas para paliar los efectos de la mezcla de enfermedad no descubierta y medicinas : protección a los desempleados, incentivos a sectores específicos,…
Pero ¿conocemos ya cuál es la enfermedad real?, ¿matará esta al paciente antes de que sepamos en realidad qué le pasa? Para nosotros esta es una enfermedad autoinmune. Es decir, que es la propia naturaleza del enfermo la que le está atacando. O dicho en términos económicos: es el propio capitalismo y su funcionamiento en condiciones más extremas, el capitalismo ultraliberal, el que está aniquilando la economía real. He aquí nuestra justificación.
Después del crack del 29, al que ahora se hace tanta mención, los economistas y la sociedad en su conjunto vieron con claridad que el sistema económico capitalista no podía funcionar sin reglas. Era precisa una intervención del Estado que estableciera hasta dónde se podía llegar y qué aspectos no podían dejarse a la libre competencia. Nació así un capitalismo regulado y el denominado Estado del Bienestar que estuvieron vigente hasta finales de la década de los ochenta. Además, al modelo capitalista se le contraponía una visión alternativa de la sociedad, la comunista, que hacía también las veces de “tapón” a sus excesos.
Todo esto desapareció en 1989 con la caída del muro de Berlín y el desplome de los países socialistas. El capitalismo perdió su oponente social y cada vez más fue calando, tanto en la economía como en la sociedad, el ideario ultraliberal, cuyo supuesto clave es que el mercado se autorregula. Nada de control, desmantelamiento del Estado del Bienestar y eliminación de regulaciones que impidieran el libre juego de los mercados. Si se hacía eso, es decir, si se permitía que la mano invisible fuese la que guiase los destinos de la economía mundial entonces nos situaríamos en una senda de crecimiento sin límite.
¿Cuál ha sido el resultado de ese planteamiento? La falta de control ha permitido que el sistema financiero/la sangre se haya ido llenando de productos tóxicos/drogas que han minado su calidad. Y sobre todo, que esas drogas hayan infectado a todos los órganos/sectores de la economía.
La solución no es fácil. Es seguro que el enfermo precisa diálisis en su sistema sanguíneo/financiero. Lo mismo que necesita una medicación que le regule y no permita que su carácter especulativo se vuelva contra sí mismo. En esa medida estamos de acuerdo con el Presidente Sarkozy en la exigencia de refundar el capitalismo.
Pero, y quizás es ahí donde radica el principal problema actual, primero hay que saber cómo está realmente el enfermo, cuál es la situación del sistema financiero, cuáles son sus complicaciones y que órganos están afectados. Incluso es posible que haya que amputar alguno. No lo tiene fácil el equipo del Dr. Zapatero.

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