viernes, 28 de mayo de 2010

El hombre enfermo de Europa. Hacia el estado federal español

Los elementos del arte de la guerra son: la medición del espacio, el cálculo de las cantidades, los cálculos generales, las comparaciones, y por último, las posibilidades de victoria. Porque en las guerras, en general, la mejor política es tomar el Estado intacto, no destruirlo.

A finales de noviembre de 2009 The Economist llamaba a nuestro país ”el hombre enfermo de Europa”. Y esta misma semana, el Fondo Monetario Internacional ha presentado su Informe sobre la situación económica española que no por previsible resulta menos impactante. El FMI insta al gobierno español a acometer un conjunto de reformas, tres de las cuales al menos han sido explicitadas en todos los foros y nosotros también las hemos defendido: la del mercado de trabajo, para que aumente su flexibilidad con el objetivo de crear empleo; la reestructuración del sistema financiero y, muy especialmente, de las Cajas de Ahorros y una drástica reducción de los gastos públicos para disminuir la inestabilidad que genera el déficit de las Administraciones. A ellas han añadido esta vez otra medida menos enfatizada habitualmente: la liberalización de los mercados de bienes y servicios.
Una lectura pausada y en profundidad del Informe revela, no obstante, la necesidad de acometer otras reformas que mejoren la competitividad de nuestra economía y que refuercen las cuatro antes mencionadas. Y dentro de ellas destaca la reestructuración de la organización administrativa-territorial de las finanzas públicas y privadas del estado español. O dicho lisa y llanamente, el FMI señala que el actual sistema de Comunidades Autónomas (CCAA) introduce graves distorsiones en la economía española y supone un sobrecoste al erario público que es preciso corregir y moderar.
La división económico-administrativa-territorial que surgió de la Transición política y que dio origen a las 17 CC.AA. ha terminado convirtiéndose en una auténtica tela de araña. Y ello porque bajo el lema de “café para todos” en la que se creó se han dado todo tipo de “cafés”: solos, descafeinados, de extrema calidad, arábigo... que configuran un sistema excesivamente heterogéneo que se ha visto agravado por la política de “transferencias a cuenta gotas”.
Cuatro son, como mínimo, las disfunciones que las CC.AA. actuales introducen: un gasto público sin control estricto del estado central que permite la generación propia de déficits y la emisión de deuda para financiarlos; un sistema impositivo heterogéneo que ha dado como resultado denuncias entre Comunidades como es el caso de las “vacaciones fiscales” vascas; una legislación de cada Comunidad que limita la libertad de movimiento de los productos y servicios de forma que a veces es más fácil venderlos en el resto de los países de la Unión Europea que en España, y una intromisión en el funcionamiento del sistema financiero y en concreto en las Cajas de Ahorros, que en muchos casos se han guiado más por intereses políticos locales que por criterios económicos de gestión, y que las ha llevado a estar en una situación verdaderamente difícil.
El actual sistema competencial no permite controlar 18 (17 + el estado central) unidades de gasto público. De hecho, lo único en lo que el Gobierno ha conseguido imponer su criterio a las CC.AA. ha sido en la reducción de los salarios de los funcionarios, y eso con matizaciones ya que el gobierno vasco está estudiando fórmulas alternativas. Por el contrario, el Presidente Zapatero solo ha podido “pedirles” a las Comunidades que reduzcan su gasto, ya que no existe un sistema por el que pueda obligarlas.
El FMI hace hincapié en esa falta de control e indica la necesidad de utilizar “...mecanismos fuertes que aseguren que las CC.AA. llevan a cabo los ajustes necesarios”. En concreto propone la creación de un consejo fiscal independiente al estilo sueco o belga para “...proveer de análisis objetivos de las políticas fiscales y su sostenibilidad a largo plazo”.
En el caso de las Cajas de Ahorros la receta del FMI es también muy clara, señalando que “...las prioridades legislativas y de política deben ser: (1) reducir la influencia política en las Cajas de Ahorros...” además de posibilitarles la gestión como cualquier otra entidad financiera, con los mismos criterios de eficiencia y racionalidad, aunque sus beneficios se dediquen a obra social. Es decir, que los políticos de las CC.AA. no puedan, en ningún caso, condicionar las decisiones de inversión y gestión de recursos de las Cajas, profesionalizando éstas. Dicho con un ejemplo: si quieren aeropuerto en Ciudad Real hagan un proyecto sensato y busquen inversores, pero no obliguen a CCM a financiarlo.
Es imposible y sería anacrónico intentar volver atrás. Pero, al mismo tiempo, es necesaria y urgente una reorganización de la distribución territorial-administrativa de España que elimine las disfunciones que hemos mencionado. En esa medida, el Presidente tiene la gran oportunidad de cumplir con una de sus promesas electorales de 2004 y realizar la “Segunda Transición” convirtiendo a España en un Estado Federal donde la distribución de los ingresos y gastos públicos y las competencias en materia económica –de regulación de mercados, de saber qué impuestos son federales y cuales estatales...- queden perfectamente organizadas y delimitadas entre la Administración Central y los estados federados desde el principio.
Dos últimos comentarios al hilo de la Federación Española que proponemos: un estado federal no es ni de derechas ni de izquierdas, como muestran los ejemplos de Estados Unidos o Alemania; y sería una buena oportunidad para reestructurar y reducir el número de estados federados. Siete, como mucho ocho, serían lógicos, con la integración de las CC.AA. uniprovinciales en estados de mayor dimensión. Esto supondría un importante ahorro, una mayor racionalización de los recursos públicos y un ejemplo de que en tiempos de crisis todos, incluidos los políticos y sus intereses “nacionales”, hacemos esfuerzos.

© José L. Calvo y José A. Martínez 2010.

viernes, 21 de mayo de 2010

El sueño de Elena en una noche de verano: 8 de junio

El que no conozca las condiciones de las montañas y de los bosques, de los desfiladeros peligrosos, de los pantanos y marismas, no podrá conducir la marcha de un ejército.

Elena se levantó muy de mañana, como tenía por costumbre, bajó por las magníficas escalinatas al piso inferior de su magnífico chalet –construido en los años de la especulación- entró en la cocina y desayunó abundantemente. El alcalde, Tomás Luis, compañero de partido –da igual cual-, había recalificado unos terrenos en los que había construido una urbanización que vendió a buen precio. Cogió su Jeep Grand Cherokee y se lanzó a toda velocidad por la carretera. Hoy no podía ser multada, los funcionarios guardia civiles estaban en huelga.
A esa velocidad no se percató de que de frente venía aquél peón de albañil suyo que con el sueldo que ganaba cuando trabajaba para ella –prácticamente el doble del de un investigador doctor- se había comprado otro coche de gran cilindrada. Tras el accidente nadie acudió a rescatarlos de los amasijos de sus vehículos, porque los funcionarios bomberos también estaban en huelga. Después de que una ambulancia privada los llevara al hospital, ninguna funcionaria enfermera ni ningún funcionario médico les atendió.
La cosa fue a peor porque cuando salió del hospital unos chorizos la atracaron. No había funcionarios policías que la protegieran. Ni pudo presentar una reclamación, porque los funcionarios administrativos estaban en huelga.
Bañada en sudor se despertó con sus hijos saltando alrededor ¿Qué hacían allí si era miércoles? Y de repente se dio cuenta de que todo había sido un sueño, que era 8 de junio y los funcionarios profesores estaban en huelga. Y pensó !malditos funcionarios que no hacen nada! Hoy se tendría que “comer los niños con patatas”. Ya no podría ir al spa y a la sesión de masaje.
El Gobierno de España ha cometido una nueva irresponsabilidad al señalar a los funcionarios como los culpables de la crisis, como unos parásitos que se han aprovechado de ella. Así ha justificado la reducción de los sueldos. Y como dice que quiere dar ejemplo han reducido los suyos en un 15%. Pero como todo economista sabe –menos los asesores del Presidente nos tememos- una cosa son los valores absolutos y otra los relativos. El sueldo actual del Presidente del Gobierno es de 91.982,40 euros anuales, los Vicepresidentes ganan 86.454,36, los Ministros perciben 81.155,04 euros. Con la reducción del 15% se les queda en 78.185,04; 73.486,20 y 68.981,78 respectivamente.
Por su parte, el sueldo máximo de un funcionario de carrera –ese que aprobó una oposición a la que se podía presentar cualquiera- no supera los 59.000 euros anuales.
Pues bien, nosotros tenemos una propuesta alternativa: ¿por qué no el Gobierno entero, Presidente, Vicepresidentes, Ministros, Secretarios de Estado, Subsecretarios… y los Diputados y Senadores se igualan con la base, esto es, se reducen o ajustan su sueldo al de un Director General y no superan la franja de los 49-59.000 euros? Creemos que es un salario suficiente si además tenemos en cuenta que también disfrutan de dietas muy generosas, gastos de desplazamiento, alojamiento, etc... Quizás así la gente empezaría a tomarse en serio a los políticos.
Finalmente, queremos mandar nuestro “agradecimiento” a ese 58% de la población española que ha visto bien que a los funcionarios se les haya bajado el sueldo. Pero no se apuren, esto no ha hecho más que empezar. Parafraseando a Bertolt Bretch: primero vinieron a por los funcionarios, pero no me importó porque no soy funcionario; luego vinieron a por los pensionistas, pero tampoco me importó porque no soy pensionista, Ahora vienen a por mí… y estoy solo.

©José L. Calvo y José A. Martínez, 2010

sábado, 15 de mayo de 2010

Tierra llamando al capitán ZP: regrese a la realidad o le regresamos

La guerra es un asunto de vital importancia para el Estado: una cuestión de vida o muerte; el camino hacia la supervivencia o la ruina .Por esto, es imperativo estudiarla a conciencia. Es por eso que una pronta victoria es el objetivo principal de la guerra.

¿Es nuestro universo la sombra de otro? Numerosos científicos han estudiado la posibilidad de la existencia de otras dimensiones. Los matemáticos alemanes Richard Dedekind y George Cantor desarrollaron estudios sobre el infinito, que fueron completados por David Hilbert quien introdujo los espacios de dimensión infinita en los que podemos medir distancias: los llamados espacios de Hilbert, Albert Einstein publicó su teoría de la relatividad general en 1915 y desvió la atención de la cuarta dimensión hacia el espacio-tiempo.
Decimos todo esto porque tenemos que hacer un esfuerzo titánico para comprender al Presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero El Optimista Patológico, que ha logrado ser la preocupación del mundo con sus decisiones de política económica. No ya solo el ECOFIN le reprendió severamente el pasado fin de semana, sino que el FMI señalaba que íbamos a presentar el mayor déficit público de los países desarrollados e incluso Obama ha tenido que llamarle para ponerle firmes. Por eso nos hemos tenido que inspirar en la física o en la alta matemática para tratar de entenderlo: ¿En qué mundo vive ZP? ¿Vive en un espacio dimensional que no se corresponde con algo que conocemos? ¿Es ese mundo uno en el que los españoles tenemos más renta per cápita que los alemanes o incluso que los estadounidenses y en el que la gente le sonríe y cae rendida a su encanto? Todo parece indicarlo.
Sin embargo, esta semana le han abierto la Stargate haciéndole salir de ese universo paralelo y obligándole a aterrizar en la realidad española. Su propuesta a la llegada a Iberia no podía estar más alejada de su sueño: reducir el déficit público en un 0,5% adicional en 2010 con la disminución en un 5% de media de los sueldos de los funcionarios y la congelación de las pensiones. Como señalan los sindicatos, esto dibuja un nuevo escenario que es interesante analizar al menos desde dos perspectivas: los motivos/necesidades que le han llevado a regresar de su universo buenista, y los efectos de la aplicación de las medidas propuestas. Dejaremos estos últimos para futuros artículos por falta de espacio.
Circulan cuando menos dos posibles explicaciones complementarias sobre las motivaciones que han obligado a Zapatero el Bueno a aplicar una política tan social como hacer recaer la salida de la crisis en los más débiles. Y si bien ambas se soportan en la necesidad de mantener el sistema financiero internacional, el origen difiere: la primera hablaría de una situación internacional muy compleja que obliga a evitar los problemas de contagio que la economía española podía generar; la segunda se centra en el reconocimiento internacional de la necesidad de ponerle cotas al despilfarro de Zapatero.
Algo debe estar pasando en el mundo financiero que no es perceptible para el común de los mortales. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, conversó este martes por teléfono con el presidente del Gobierno español, porque España forma parte de los países que deben adoptar reformas para estabilizar su economía. Obama le pidió a Zapatero que España realice "acciones resueltas" para fortalecer su economía, explicándole cuales eran las reformas necesarias para salir de la crisis porque España "padece algunos problemas sobre los que es necesario adoptar reformas para asegurarse de que no se extienden" y sobre las que Zapatero "ha comenzado a trabajar". La Casa Blanca indicó que la conversación telefónica forma parte de las consultas habituales de Obama con aliados "cercanos" para comentar la situación económica global. "Ambos mandatarios estudiaron la posibilidad de que España adopte medidas contundentes para fortalecer su economía y crear confianza en los mercados", explicó la Casa Blanca. Obama "expresó el apoyo de EEUU a estos esfuerzos". El palacio de la Moncloa confirmó la conversación.
Volvemos al principio. El filósofo y escritor ruso Piotr D. Ouspensky (1878-1947) en su ensayo The Fourth Dimension señala que la cuarta dimensión es un tipo de conocimiento. Ahora lo entendemos: es como el mito de la caverna de Platón. Algo desconocido y misterioso. Algo que sólo algunas mentes avanzadas pueden entender. Como Zapatero y Obama.
O quizás hay una explicación mucho más sencilla. Las incoherentes acciones de política económica de un gobierno despilfarrador y con escasa capacidad intelectual han puesto en peligro la economía mundial. Porque una cosa es intervenir en un país como Grecia, pequeño y con poco peso en la zona Euro, y otra mucho más complicada solventar los problemas de la deuda española. Los países del Eurosistema habrían tenido un gravísimo problema si España hubiese seguido por la senda actual y generase una bancarrota nacional: no podían echarlo del euro –sería certificar su muerte- pero el coste de sostener a nuestro país en el Eurosistema habría sido inmenso. Por ello se han visto obligados a dar órdenes a Zapatero para que actúe.
Y entre tanta noticia negativa una conclusión positiva y otra esperanzadora: la positiva es que gracias a pertenecer al Eurosistema y a la intervención no tenemos un corralito a la argentina con la peseta no convertible; la esperanzadora es que por fin alguien sensato ha tomado las riendas de la política económica española: Bruselas.

© José L. Calvo y José A. Martínez, 2010.

viernes, 14 de mayo de 2010

Atleeeti. La ilusión continua

…los que gustan del fútbol de emoción Porque luchan como hermanos, defendiendo su colores, en un juego noble y sano, derrochando coraje y corazón. Atleti, Atleti, Atlético de Madrid

Hoy no voy a hablar de la política económica española, y eso que sería muy fácil después del discurso de José Luis Rodríguez Zapatero el Optimista. De hecho ya tenemos varios posibles títulos para el artículo que resumirá nuestra posición ante su intervención: de Robin Hood al Sheriff de Sherwood –con algún pequeño comentario sobre el Impuesto Robin Hood-; ha muerto la madre de Bambi o el final de la era del buenismo; La “nueva” política de izquierdas; ya está aquí ya llegó la intervención o Y de repente llegó Obama y mandó a parar. Pero tiempo habrá porque la venganza –del funcionario- es un plato que se come frío y el camino hacia el Gólgota del Presidente no ha hecho más que comenzar. Ni siquiera voy a hablar de economía, aunque bueno, de esta un poquito sí.
Dice la Teoría Económica ortodoxa que el consumidor es racional y maximiza su bienestar. Bajo esos dos supuestos elige todos los bienes que consume, incluido el equipo de fútbol al que pertenece. Por eso probablemente la mayoría de la gente se alinea con equipos ganadores y que no dan sobresaltos: el Real Madrid o el Barcelona, sin ir más lejos.
Pero la Economía del Comportamiento (Behavioral Economics) considera poco creible ese supuesto. Esta rama de la economía, entroncada con la Psicología, la Antropología o la Sociología dice que nuestras decisiones son a la vez racionales e irracionales, que nos dominan las pasiones. O como dice Marty Neumeier, gurú de las marcas, “Una marca es la sensación que un consumidor percibe en sus entrañas (irracional) hacia un producto, un servicio o una compañía”.
Y si hay un equipo que refleje perfectamente la irracionalidad de nuestras elecciones es el Atleti, el Atlético de Madrid. Nada tiene para que alguien eligiera racionalmente ser socio: ni una historia ganadora, ni una trayectoria estable y coherente, ni siquiera un proyecto de futuro. Y sin embargo es imposible encontrar unos seguidores más fieles que los indios. Capaces de ser más numerosos cuando el equipo desciende a Segunda que cuando está en Primera.
La publicidad del Atleti, la más imaginativa, presentaba en uno de sus mejores anuncios a un niño que preguntaba a su padre: Papá, ¿por qué somos del Atleti? El padre no sabía que contestar.
Yo sí sé por qué soy del Atleti. Porque este equipo resume mi propia vida profesional: hay algunos días buenos, muchos regulares y otros malos; hay incluso días en los que te sientes despreciado por las autoridades académicas, por el mundo de la investigación española –tan prepotente y pagado de sí mismo al menos en el área de economía- e incluso por algunos alumnos que emplean los foros para insultarte; días en los que piensas en dejarlo todo y ser como los demás, pasarte al Madrid.
Pero también hay jornadas como la de ayer, sublimes; días en los que el equipo de tu vida gana la Europa League, te aceptan un trabajo en un foro internacional o un alumno tuyo lee su tesis doctoral. Y esos momentos, aunque sean muy pocos y muy distantes en el tiempo, te reafirman en tu elección, en ser del Atleti.
Sé que probablemente mañana mismo el Ministerio/Rectorado decidirá introducir una nueva norma que encorsete aún más la enseñanza y la haga menos imaginativa, que alguien escudándose en una evaluación anónima rechazará un trabajo que te ha costado muchos meses de esfuerzo o que un gobierno despilfarrador volverá a meternos la mano en el bolsillo para compensar su ineptitud. Pero hoy es día de disfrutar.
Atleeeeeeeeti.

© José L. Calvo