viernes, 18 de noviembre de 2011

Bienvenido Mister Marshall II: el Plan Merkozy

“Americanos, vienen a España guapos y sanos, viva el tronío de ese gran pueblo con poderío. Olé Virginia, y Michigan ,y viva Texas…, os recibimos americanos con alegría,olé mi madre, olé mi suegra y olé mi tía”. Estribillo de la canción de bienvenida a los americanos de la película de Berlanga de 1953.

El ciudadano europeo de a pie tiene miedo. Desconfía de la evolución económica de su país y de Europa. No entiende muy bien que algo llamado “los mercados” tenga más poder que los gobiernos democráticamente elegidos y que la propia Unión Europea. Los mercados son rápidos en sus actuaciones, las instituciones muy lentas. Los mercados marcan la pauta, las instituciones van detrás. Y, lo que es peor, los mercados imponen gobiernos a los ciudadanos, como acabamos de ver en Grecia e Italia. Estamos viendo, pues, el nacimiento de una nueva superestructura “la dictadura de los mercados”. Las noticias económicas de ayer (16 de noviembre) daban una buena medida de los problemas a los que se enfrenta la zona euro: 12 de los 17 países que la componen se encuentran en una situación comprometida. Grecia, Portugal e Irlanda intervenidos y teniendo que aplicar unas políticas de austeridad que imposibilitan su crecimiento y que lo harán por décadas; Italia y España con unas primas de riesgo que les abocan a seguir el camino de los otros PIGs; Francia, Bélgica y Austria con primas de riesgo en crecimiento exponencial… y mientras en Bruselas no se toman decisiones inmediatas que puedan aliviar esta dramática situación. Por eso, nos preguntamos: ¿es posible la continuidad de la Unión Europea?
El diagnóstico de la situación es sencillo, pero muy grave: la UE, la zona euro, está condenada a desaparecer en un breve plazo si no se toman medidas urgentes y enérgicas que den una imagen de unidad. Y, sobre todo, de que aún siendo un proyecto en construcción tiene la firme convicción de convertirse en una Federación de Estados –o en unos Estados Unidos de Europa, como se prefiera-. Si no, sus posibilidades de supervivencia son nulas.
¿Cómo se ha llegado hasta aquí? Lo fácil es echarle la culpa a Grecia por engañar en sus cuentas –a sus políticos y no a su población, que sufre las consecuencias-, a Irlanda, Portugal, España o Italia por vivir por encima de sus posibilidades. Pero ¿qué justifica los ataques a Francia, Bélgica o Austria? ¿Qué explica sus primas de riesgo? Solo hay una respuesta factible: nadie –ni los mercados, ni los inversores, ni los políticos de otros países- se fían de Europa; nadie se cree a estas alturas de la película que la UE sea capaz de tomar las medidas necesarias que eviten su ruptura. Y eso no es responsabilidad únicamente de los PIIGS –acrónimo que, por cierto, va a seguir creciendo, y que dentro de poco se denominará PIIGSFBA-; es un problema de paletismo, de que nunca se han creído lo que predicaban: una Europa unida que sea capaz de poner los intereses conjuntos –europeos- por encima de los nacionales. Es curioso que la calificación F (de Francia) se la vayan a ganar porque les retiren la triple A, por tener casi el mismo déficit que España y mucha más deuda pública, además de unos bancos con alta exposición a la deuda griega. Situación esta última, todavía no solucionada. Y la A (de Alemania) se la van a ganar por estar tan ciegos y ser tan egoístas que la situación se las va a volver en su contra. Y este es el gran error.
El objetivo de Alemania y sus satélites al crear la zona euro fue el imperialismo comercial. Tener un grupo de países a los que poder vender sus productos originados en una economía más productiva y competitiva, evitando a los otros la posibilidad de utilizar la devaluación competitiva al tener una moneda común. Este planteamiento es válido cuando la economía crece, pero se va al traste cuando el consumo de esos países primero se ralentiza y luego desaparece. ¿Cómo va a crecer Alemania si el 40 por ciento de su PIB procede las exportaciones y de ese porcentaje el 70 por ciento va destinado a Europa? Si los europeos dejamos de comprar Alemania dejará de vender y su economía se estancará. Y no será difícil ver entonces cómo los diferenciales de la prima de riesgo se estrechan y no precisamente porque mejoren los nuestros sino porque empeoren los holandeses y alemanes.
El mundo sajón, Centroeuropa básicamente, siempre ha pensado que la UE era como la Quinta Flota: un conjunto de barcos de diferente tamaño navegando juntos pero que, si uno tenía dificultades, se le podía abandonar en alta mar a su suerte. Pero no es verdad. El euro ha actuado de pegamento, y ahora si uno se hunde arrastra a los demás. La lección que deben aprender los centroeuropeos es que si no se actúa inmediatamente el efecto contagio va a llegar al mismo corazón de Berlín.
Tampoco los mercados emergentes (de fuera de la Unión) son una solución. La nueva Directora del FMI, la francesa Christine Lagarde, ya ha alertado de la posibilidad de una recesión mundial. Y es pura lógica: Europa no demanda, EE.UU tampoco crece de manera sustancial, Japón está estancado desde hace décadas… eso poco a poco va a ir ralentizando el crecimiento de los BRICs –con especial referencia a China, “sentada” sobre una inmensa burbuja inmobiliaria- hasta que este se pare. Y la recesión será, entonces, una realidad.
Y es que esta crisis que muchos dieron por acabada al año de comenzar, está lejos de terminar. Nosotros creemos que más que en forma de V, es una crisis en W, sin saber exactamente donde está el segundo fondo. Lo que si tenemos claro es que durará otros diez años y hasta, más o menos el 2020, no se empezará a salir de ella. Y esto porque mientras no se reinstaure la Ley Glass-Steagall no se habrá evitado el contagio de la enfermedad.
La gravísima situación europea muestra cada vez más que solo hay dos caminos: la disolución de la UE y el sálvese quien pueda; o la creación de unos Estados Unidos de Europa.
Por eso PROPONEMOS: La creación de un Tesoro Europeo, de una Oficina Presupuestaria Europea que controle los presupuestos de todos los países miembros, que analice y dictamine su compatibilidad y, sobre todo, si cada uno de los 27 puede pagar sus gastos y/o si los demás están dispuestos a financiárselos.
A esto hay que añadir la implantación de un gran Plan de Desarrollo hecho por y para el conjunto de Europa, y no para la suma de sus integrantes. Un nuevo Plan Marshall al estilo del que se implantó en Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Ese plan tuvo una vigencia de cuatro años fiscales a partir de julio del año 1947 y, durante este periodo, los estados europeos que ingresaron en la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE) (precursora de la OCDE) recibieron un total de 13 mil millones de dólares de la época. Fue uno de los elementos impulsores de la unificación europea al crear instituciones para coordinar la economía a nivel continental. Se modernizó la Hacienda Pública con la introducción de técnicas de gestión y presupuestarias de inspiración norteamericana. El Plan Merkozy tendría el mismo objetivo: encaminar económica y socialmente a toda Europa hacia el crecimiento y la plena integración.
Hasta ahora los políticos europeos han hecho lo mismo que decía el antológico alcalde interpretado por Pepe Isbert en su discurso en el balcón (junto a Manolo Morán): "Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación, y esa explicación os la voy a dar porque os la debo". Menos explicaciones y más hechos. Si no, el tren de Europa volverá a pasar de largo (como la caravana de los coches del Plan Marshall en la película de Berlanga).

© José L. Calvo y José A. Martínez, 2011.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Es que lo de la deuda soberana europea es una película de terror, donde no sabemos qué va a pasar al siguiente minuto.
Fantástico post.
Miguel Ángel.

Anónimo dijo...

Magistral. Unas ideas que tendrían que aplicar.Aquí estan las soluciones a la crisis.
Esther.

Anónimo dijo...

En este blog se suelen decir cosas muy importantes y con una gran sencillez. Este post es un ejemplo de brillantez en su máxima expresión
Pilar . Madrid

Anónimo dijo...

Introducir un mercado de eurobonos puede ser positivo y el próximo miércoles Durao Barroso presenta el Libro Verde sobre la viabilidad de la introducción de los bonos de estabilidad. Así se hace mas Europa y con Merkel poniendo trabas , menos. Emily Fisher.

Anónimo dijo...

Alemania debe tener un papel de estabilizador de la eurozona mas que de atizador del fuego que es lo que parece. Debe controlar la crisis de deuda y la volatilidad financiera y no lo hace por su inacapacidad en la toma de decisiones . Debe ser cortafuegos y no atizador de la hoguera y debe plantearse si quiere el euro y la eurozona y la Unión Europea o la vuelta al marco y a la gran Alemania con los peligros que ello supuso
Pues en el siglo XX Europa soporta dos guerras mundiales
Unión Europea , si. Gran Alemania, no. Y , quiero decir que Alemania incumple el criterio de Deuda de no superar el 60 por ciento del PIB. Así que se aplique esas politicas de austeridad
Roberto Fraguas. Madrid

Anónimo dijo...

Los mercados financieros en un sistema capitalista mutan constantemente , se dotan a si mismos de un
Mecanismo de adaptación
Y eso lo hacen creando nuevos productos financieros en parte debido a la propia ineficiencia del
Mercado
Los mercados son ineficientes
Kevin Le Bon.USA.

Anónimo dijo...

Para mi este es con diferencia el mejor post de todo el
Blog. Absolutamente MAGISTRAL.
Eduardo. Fuenlabrada, Madrid.

Anónimo dijo...

Interesante post. Muy bueno.John.

Anónimo dijo...

La prima de riesgo sigue muy alta.

Anónimo dijo...

Se debería aplicar la Ley glass Steagall,mientras no se haga el contagio financiero mundial no se habrá corregido.Buenísimo el post.La idea es brillante:plan marshall para europa,fundamental, porque recuperaríamos el crecimiento económico.
Noelia.

Anónimo dijo...

Un plan de este tipo sería la solución a laincertidumbre porque implicaría el esfuerzo de todos los ciudadanos europeos.
Elena Pastor.
Guadalajara.

Anónimo dijo...

REUTERS:amigos,según esta agencia Francia, Bélgica y Luxemburgo están viendo cómo proporcionar garantías temporales de deuda estatal para el banco Dexia, mientras buscan concretar el acuerdo total por 90.000 millones de euros que alcanzaron en octubre, según ha revelado hoy el diario belga De Tijd. Los problemas que están encontrando estos países para superar el fiasco del banco está lastrando también su deuda en los mercados secundarios, donde se está produciendo una constante venta de bonos, más significativa en el caso de Bélgica, debilitado a su vez por las dificultades para formar Gobierno.La prima de riesgo de Bélgica, indicador que se establece a partir del diferencial entre los bonos a 10 años de un país frente a los alemanes, de referencia ha tocado hoy un máximo de la crisis sobre los 321 puntos básicos. La rentabilidad exigida a su deuda a 10 años en el mercado secundario, donde se intercambian los títulos una vez emitidos, ha marcado a su vez un récord sobre el 5%, un nivel que no traspasaba desde 2002. La prima de riesgo de Francia se iba sobre los 175 puntos básicos.