lunes, 20 de septiembre de 2010

Dos preguntas sencillas para la vuelta al cole

Aquel que es el primero en tomar posiciones en el campo de batalla y espera al enemigo, se siente cómodo. Aquel que es el último en tomar posiciones en el campo de batalla y se apresura a pelear, se agota. Así pues, el que es hábil en la batalla emplaza al otro, y no es emplazado por él.

Ya estamos todos de vuelta. Tras el descanso estival nada parece haber cambiado en el panorama político-económico español. El presidente Zapatero sigue empeñado en hacer aparecer a su alter ego Mr. Bean como el inteligente de la pareja, sobre todo cuando hace declaraciones tan sabrosas como afirmar que el modelo económico que debe seguir nuestro país es Japón, en estancamiento desde hace dos décadas; la oposición y muy especialmente el alegre de Mariano Rajoy ofreciendo soluciones que luego no se concretan: primero siete reformas, después la creación, no se sabe ni cómo ni cuándo, de 5 millones de empleos…; y los sindicatos velando armas ante una huelga general en la que les va la vida: si la convocatoria tiene éxito seguirán teniendo cierto poder en el país aunque ninguna credibilidad después de años de mamporrerismo con el gobierno; si fracasan será el declive de su presencia en la vida social española y los enlaces sindicales pasarán a ser una especie en peligro de extinción. Analicemos brevemente la situación del primero para plantear al final a los tres las dos preguntas que queremos hacer en este comienzo del curso escolar.
El gobierno carece de política económica. Es un hecho que su única estrategia económica en la actualidad consiste en decidir donde mete la tijera al gasto público. Primero lo hizo con las pensiones y los sueldos de los funcionarios –los paganos de todas las crisis económicas en España, porque ya Felipe González congeló los salarios públicos-; después recortó el gasto en infraestructuras y trató de poner orden en las finanzas de las autonomías y ayuntamientos. Pero como eso le iba a reportar muchos quebraderos de cabeza y costes electorales dio marcha atrás y lo intentó por otro lado: la I+D, que es algo que solo van a notar los pocos que investigan en España.
El problema no consiste en el recorte del ya de por si exiguo presupuesto que nuestro país dedica a investigación, sino lo que dice del modelo económico al que nos aboca tal decisión. Desde hace muchos años pero especialmente desde el comienzo de este siglo vienen alzándose voces en el mundo económico abogando por lo que se denomina la economía de la experiencia. Esta plantea que los individuos ya no demandan productos por su funcionalidad (un coche como medio de transporte, un vestido para protegerse del frío…) sino por lo que dicen de nosotros y de nuestra situación social, y las experiencias que nos reportan. Es decir, que no nos compramos un Mercedes porque sea el coche que mejor nos lleva del trabajo a casa, sino porque nos hace sentir bien y así los vecinos, los compañeros o los amigos sabrán lo fantástico que nos va en la vida.
Esa economía de la experiencia está ligada indisolublemente a la diferenciación del producto y esta sólo tiene lugar por dos vías: la innovación tecnológica –relacionada directamente con la I+D- y la no tecnológica, asociada a elementos como el marketing, la creación de marcas de prestigio, la logística…
Reducir drásticamente los presupuestos de I+D es apartarse de la senda de la innovación. Y ello supone alejarse de la nueva economía, como muy bien sabe Angela Merkel, que ha dejado muy claro que puede haber recortes en todos los gastos públicos menos en educación e innovación. Es, en definitiva, elegir un modelo de crecimiento económico que desconocemos en qué quieren sustentar. Aznar decidió que en la construcción, pero eso ya no es válido ni lo será en un futuro; la industria no funciona sin innovación y el turismo tampoco.
Por este motivo, nos gustaría plantear dos sencillas preguntas tanto al gobierno como a la oposición y los sindicatos. Preguntas que permitirían aclarar el horizonte económico español. Sr. Presidente, Sr. Rajoy y Sres Toxo y Méndez ¿cuáles serán los sectores económicos motores del crecimiento y el empleo en España en 2020? Y ¿qué van a hacer ustedes de 2010 a 2020 para conseguir que la economía española se apoye en esos sectores? Si nos respondiesen a esas preguntas despejarían muchas dudas y nos permitirían comprender los motivos que les llevan a tomar las decisiones actuales de política económica y social.
Porque la imagen que están dando no es la aquél que ha tomado posiciones firmes en el campo de la lucha contra la crisis, sino la de los que llegaron los últimos y están a punto de agotarse. Y lo malo es que lo pagaremos todos.

© José L. Calvo y José A. Martínez

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Piensen por un momento que son los responsables de Economía de esta España actual:
-Medidas a adoptar:resultados a corto
-Medidas a adoptar: resultados a largo
Soluciones a los problemas coyunturales
Soluciones (medidas) a los problemas estructurales
Reforma Laboral: ¿es válida en este país con la mentalidad de los empresarios?

Anónimo dijo...

Una vez más, maravilloso artículo, cargado de conocimiento de causa y de preocupación por un futuro que se nos puede ir de las manos.

Por poner un ejemplo asequible para la mayoría de los mortales, los éxitos en el deporte español, tanto en el plano colectivo como en el individual (Selección Española de Tenis, no hace mucho; Selección Española de Baloncesto, salvo ausencias notables y lesiones; Selección Española de Fútbol; Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa, Nico Terol, Toni Elías, en motociclismo; Pau Gasol, Rafa Nadal, Fernando Alonso; Javier Gómez Noya, en Triatlón, etc.) son una ejemplo de talento, programación, constancia y de altas dosis de realismo y humildad). ¡ESTOS SÍ QUE NO ENGAÑAN A NADIE PORQUE LOS RESULTADOS Y LOS HECHOS HABLAN POR SÍ SOLOS!
En definitiva, productos creíbles, admirados a nivel internacional.

Ni que decir tiene, de otros ejemplos en distintas esferas de nuestra vida pública y privada.

Sin embargo, quienes nos gobiernan pareciera que piensan que todos los españoles somos inútiles y carentes del más mínimo nivel de inteligencia, o de preocupación por documentarnos y aprender para prosperar en la vida.
Es como si nos subestimasen a todos de un modo inmisericorde.

Verdaderamente, es para hacérselo pensar.

¡HAY QUE EXIGIR RIGOR Y SERIEDAD PORQUE CORREMOS EL RIESGO DE QUE ESTO SE NOS VAYA DE LAS MANOS!

Tomás García Broceño dijo...

Estimados profesores Martínez y Calvo:

En primer lugar, trasladar la bienvenida también ustedes a este período coincidente con el nuevo curso escolar, donde seré alumno suyo de la licenciatura en economía, que espero finalizar en tres años para evitar el pase al Grado, por lo que compartiremos algunos momentos de aprendizaje a lo largo del curso. Por cierto excelente el libro de Dinero y Banca.

Interesante artículo el que escriben, coincido con ustedes en la necesidad de un sector estratégico que impulse el crecimiento económico estable y sostenible a medio y largo plazo, y que en estos momentos no existe. Se acabó el ladrillo, bueno no se acabó, exactamente como consecuencia de la crisis y su contribución a la misma se ha agotado su posible aportación al desarrollo económico, y en algún caso está representando un obstáculo para el mismo.

Pero es cierto que es urgente el cambio de modelo económico, pero lo que no estoy de acuerdo es que el presidente Zapatero no tenga una política económica como referente. Pienso que es un buen presidente, y las decisiones económicas que ha adoptado, son las necesarias en cada una de las fases de esta crisis: primero inyección de dinero y reparto equitativo de fondos a través de instrumentos como el Plan E para mitigar los efectos de la crisis, y en estos momentos políticas de contracción del gasto, como manda la ortodoxia académica en Economía.

Medidas duras, sí, pero necesarias. Y de hecho no puede olvidarse que otros países como Portugal, Irlanda o el mismo Reino Unido no han acertado con las medidas para la reducción de su déficit, y los mercados están desconfiando de su pronóstico, mientras que con respecto a nuestra deuda parecen estar más confiados en la política del Sr. Zapatero.

Tampoco debemos olvidar que nuestro nivel de endeudamiento es asumible, y que si conseguimos reducir el déficit en el 2012, podremos volver a pedir prestado para impulsar las medidas de la Ley de Economía Sostenible, y en concreto el desarrollo de la investigación y el desarrollo, del que la empresa privada no puede desvincularse.

Es necesario incrementar nuestra productividad para mejorar la competitividad del país, y eso requiere una formación de calidad, y en concreto una formación profesional mejor dotada, con medios y recursos. Lo que sí estoy en desacuerdo es la nueva propuesta ministerial de crear dos itinerarios en 4º ESO, podría provocar una devaluación de la FP de Grado Medio, como una segunda vía para estudiantes menos capacitados y con menor rendimiento en la ESO.

Formación en idiomas, una formación profesional reorientada al sistema productivo, apoyo a nuestras empresas para incrementar su competitividad mediante la inversión en tecnología, formación permanente de los empleados e innovación y desarrollo, apertura de nuestro mercado al exterior, y conquista de nuevos mercados en las economías emergentes, pueden ayudar a cambiar y consolidar un modelo productivo alternativo al actual.

Por ello, creo que debemos ser más cautos, y defender a nuestro mejor activo en política en estos momentos, que no es otro que nuestro presidente, José Luis Rodríguez Zapatero.

Efectivamente, el Sr. Rajoy lo único que cabe esperar si accediera a un hipotético Gobierno en 2012 es más recortes, más desregulación y adelgazamiento del sector público, y un horizonte de reducciones salariales importantes para encontrar el punto de equilibrio entre oferta de trabajadores y demanda de las empresas. Y esperar a que un aire externo nos sitúe como receptores de turismo y de inversión en algún activo sugerente, para crecer económicamente.

Gracias, y hasta el siguiente artículo.